Recientemente, cerca de 300 migrantes deportados desde Estados Unidos llegaron a Panamá, donde se les ha alojado temporalmente en un hotel en la Ciudad de Panamá. Este grupo está compuesto principalmente por personas de países asiáticos, como China, Pakistán, Afganistán, Irán, y otros.
Los migrantes fueron enviados a Panamá como parte de un acuerdo entre ambos gobiernos con el objetivo de facilitar su repatriación. Sin embargo, alrededor del 40% de ellos se han mostrado reacios a regresar a sus países de origen y han comenzado a manifestarse a través de pancartas desde las ventanas del hotel, solicitando ayuda.
Las autoridades panameñas han comenzado a trasladar a algunos de estos migrantes a la región del Darién, un área selvática en el sur del país, para definir su futuro. Mientras tanto, los derechos humanos y las condiciones de los migrantes en Panamá han sido objeto de críticas por parte de organizaciones que exigen una mayor transparencia y protección para estas personas vulnerables.
La situación sigue en desarrollo mientras se buscan soluciones para los migrantes atrapados en este limbo, con algunos aceptando regresar a sus países y otros esperando alternativas.
Fuente: AP, El País, Reuters